Si las gotas son frescas y sanas no debés
temer.
Si te rozan las manos y se escurren entre los dedos, no las perdés,
las absorbés.
Si el agua te toca y se siente sensible, purificadora y calma.
Si la lluvia te moja y te derrite o te sana o te desprende.
Si en mi vida todos son condicionales y no conjunciones.
Diluvio, y dejame decirte
Antonio que a mí la lluvia si me inspira.
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